
Igual que como ocurre en el mundo del válido, en el del minusválido tampoco faltan los locos de remate, que como el de este que pretende ganar o superar la competicion de lo que se llamaría algo así como "la silla de ruedas cross". Hay que estar loco para superarse a sí mismo.
Pero estar loco, no implica necesariamente tener que ser además un estupido gilipollas, como ese que se había cabreado porque no le había esperado la chica a que él entrara también en el ascensor. El loco cabraeado, en su obstinación, seguro que pretendía derribar la puerta para entrar, pero no contó que su estupidez le llevaría a una caida hacia abajo, cuyas consecuencias no es complicado de adivinar.
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