EL CABALLERO ITALIANO

Una imagen vale lo que mil palabras, reza un antiguo proverbio chino. Aquí vemos al astuto Silvio Berlusconi, uno de los hombres que más simpatías despierta entre los italianos, un self-man italiano que, aunque pertenecía a la clase media, en su juventud empezó ejerciendo una breve temporada como simple albañil, llegó a ser de los personajes más ricos de toda la bota italiana, y presidente del gobierno unas cuantas veces; de los que siguen los consejos de Nicolás Maquiavelo de que “Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”, y “ El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo”. En el complicado entramado jurídico italiano del “hecha la ley, hecha la trampa”, hasta el momento ha dispuesto de todos los medios para eludir la acción de la justicia, que precisamente para eso se inventó el Derecho: a causa de la enorme falsedad que la envuelve, se hizo necesario tener a mano mecanismos con los que eludir la justicia, y eso lo inventaron los antiguos romano de los cuales él es descendiente directo. Es uno de los hombres más queridos de los italianos, que se sienten identificados con su persona,ya que en cierto sentido Italia es Berlusconi ; es aquel que llaman “Il Cavaliere” (“el caballero”, título que en Italia se da a aquel que obtiene la medalla del mérito al trabajo). Ya está entrando en una edad que le toca descansar.